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Fuck the police o la ONPE!

Pregunta a la ONPE dijeron, nica te bloquea dijeron
Pregunta a la ONPE dijeron, nica te bloquea dijeron

De un tiempo a esta parte, se podría decir que investigo asuntos electorales. De hecho, mi tema de tesis se ocupa de uno de ellos.

Hace unos días, aparece esto en la prensa: “ONPE sanciona a Perú Posible por no entregar información financiera del 2011” Me intereso, como podría encontrarse interesado cualquiera de quienes leen esta entrada. Sin pensarlo dos veces, le pregunto a la cuenta oficial en twitter de la ONPE [@onpeprensa] lo siguiente:

“tienen la resolución con la que sancionan a #PerúPosible retirándoles el financiamiento publico que jamás nadie ha recibido?” [cita textual]

A partir de ello, se produce el siguiente dialogo (?):

[@ONPEprensa]: “@msotoflorian el tema del financiamiento público no pasa por la #ONPE. También le podría hacer la misma pregunta al organismo jurisdiccional”

[@ONPEprensa]: “@msotoflorian Según la norma, los partidos políticos con representación en el Congreso reciben del Estado financiamiento público directo”

[@msotoflorian]: “@onpeprensa y para qué tienen entonces una GERENCIA DE SUPERVISIÓN DE FONDOS PARTIDARIOS http://t.co/2MtfoFK7”

[@ONPEprensa]: “@msotoflorian sería un importante tema de investigación académica y que incluya al otro organismo electoral.¿No le parece?”

[@msotoflorian]: “@onpeprensa es en serio?, su ÚNICA respuesta es: pregunta tb al @JNE_Peru ??? Se dan cuenta de lo que están haciendo? #EpicFacePalm”

[@ONPEprensa]: “@msotoflorian sería importante también que diga para qué entidad labora. Por ahí podemos entender algunas preguntas de su parte.”

[@ONPEprensa]: “@msotoflorian lo interesante es que no responde a la pregunta. Hemos presentado un proyecto de ley para enmendar el problema que menciona”

#ONPE pide conocer a mi empleador para brindarme información pública

Leyeron bien: “SERÍA IMPORTANTE QUE DIGA PARA QUÉ ENTIDAD LABORA”.

ONPE desea conocer mi empleo, dónde vivo, qué libros estoy leyendo, naturalmente cuánto calzo y quizá el color de mi ropa interior. ¿Para qué?, pues para facilitarme la resolución publicada en El Peruano, referida a la sanción a PerúPosible.

Es decir, para ONPE conocer mi empleo puede ser de gran ayuda para mejorar sus errores. Estoy seguro a todos los tuiteros les preguntan: “DIME DÓNDE TRABAJAS PARA VER ENTENDER LAS PREGUNTAS QUE HACES O BRINDARTE LA INFORMACIÓN (pública) QUE REQUIERES”.

Para no complicar el tema: luego de eso, vinieron varios tuits de gente indignada que no comprendía cómo una institución pública podía ser tan cretina con un ciudadano. Me pidieron disculpas (?), me bloquearon sin ninguna razón, fin de la historia.

Finalmente, tengo noticias para ONPE: hagan cola. Ya antes, mucho antes que al propio Godoy, he tenido problemas con la autoridad o quienes la encarnan. Como cuando el amigo Torres Caro, tercer vicepresidente del Congreso, pretendía enseñarme cosas por medio de un proceso penal en mi contra. Fui un pionero en esto de la libertad de expresión , eh!, alguien avísele a los amigos de  IPYS.

BONUSTRACK.

Para quien interese 5 cosas más:

1. ONPE jamás me brindo la información requerida. De hecho, se la facilito a @stolenbeat, quien se percata de que el link NO SIRVE. Luego de eso lo reparan. Igual, se comieron esa gentileza.

2. ONPE responde cosas que no he pedido, dice cosas que no he dicho, etc. Yo pedí una resolución que es pública y debía estar colgada en su Web. Me respondieron con cualquier cosa y con un claro stalkeo’.

3. ONPE desconoce que ve el tema de financiamiento, tiene una gerencia, pero dice que no, que no ve el tema. Lo que si le interesa ver son los empleos de quienes tienen inquietudes válidas #FuckThePolice

4. Lo que ONPE pregunta no tiene sentido, pues mis perfiles son públicos [aquí, por ej.]

5. Más allá de la anécdota no es por ningún lado la forma de dirigirse a ningún ciudadano. Trabaje donde trabaje.  Es decir, estoy seguro que si el profesor Tuesta hubiese preguntado lo mismo, no lo hubiesen tratado así.

TUITEROS SE PRONUNCIAN
TUITEROS SE PRONUNCIAN
MÁS TUITEROS RESPONDEN
MÁS TUITEROS RESPONDEN
Y CORTO PORQUE SERIA INTERMINABLE PONER TODO LO QUE SE DIJO
Y CORTO PORQUE SERIA INTERMINABLE PONER TODO LO QUE SE DIJO

La renuncia del año

POR RICARDO UCEDA

 

 Aunque esta nota trata de cómo un funcionario público dejó el MEF, lo más importante no es su caso particular sino cómo medidas políticas, aplicadas mediante discutibles decretos de urgencia, pueden causar estragos en la economía. Es la crónica de una lucha interna alrededor de menos de un punto del déficit fiscal.

FUENTE: http://www.poder360.com/article_detail.php?id_article=5648#ixzz1OW7DnGhp

 

A primera hora del 25 de abril de 2011, el director general de Presupuesto Público del MEF, Roger Díaz, manejaba su camioneta por la Vía Expresa. Iba al hotel Sheraton, a inaugurar una reunión con funcionarios de distintos sectores del Estado, a quienes había convocado para explicarles las bondades de un nuevo sistema de ejecución del gasto público. Díaz era el artífice de la reforma y estaba orgulloso de su obra. Mientras conducía, escuchaba noticias por la radio, y entonces pudo escuchar nítidamente al presidente García anunciar un aumento de 20 por ciento en el sueldo de los militares y policías. Quedó de tal modo impactado que por un instante descuidó el manejo y casi choca.

Pasó de largo frente al hotel Sheraton, ingresó al edificio del MEF en el jirón Junín, y subió al piso séptimo, donde estaba su jefe, el viceministro de Hacienda Miguel Castilla. Con él quería hablar. Encontró a Castilla preocupado, escribiendo cifras sobre una pizarra.

Ambos habían asumido sus cargos durante la gestión de la anterior ministra, Mercedes Aráoz. Castilla, con un PhD en Economía en la Johns Hopkins University, había hecho carrera en la CAF antes de recalar en el MEF, y desde el comienzo estuvo interesado en que el ministerio retirara el estímulo fiscal con que en el 2009 afrontó la crisis internacional una vez que la economía comenzara a retomar el crecimiento. En concreto, propiciaba un menor gasto público para no repetir el déficit de -0,5% con el que cerró el 2010. Díaz lo secundaba en el empeño no sin tensiones, porque él era quien daba la cara a los sectores cuyo gasto sería recortado. Pero esa mañana lo que tenían que hablar era algo distinto a las usuales contingencias. Les imponían un gasto para el que no había provisión, con el que no estaban de acuerdo, y que tendrían que sustentar con su firma para que el ministro, a su vez, suscribiera un Decreto de Urgencia. Ambos estaban pensando en renunciar.

A las diez de la mañana, tendrían reunión con el ministro. Hasta entonces, intercambiaron agitadamente impresiones. ¿Había forma de salir del atolladero? Ninguna, concluyeron. Se les hizo tarde y bajaron rápidamente por las escaleras hasta el despacho ministerial, en el cuarto piso, para no esperar a los ascensores. Ismael Benavides los esperaba, rodeado de casi toda la alta dirección. Entre ellos, el viceministro de Economía, Fernando Toledo, y el jefe de Asesoría Jurídica, Guillermo Paredes. El ministro entró rápidamente en tema, recordando que el Presidente había anunciado un aumento a los militares y que al MEF le tocaba aplicarlo.

—¿Es negociable? —preguntó Castilla.

Benavides dijo que no. Se hizo un silencio. Todos sabían que el aumento conspiraba contra el equilibrio financiero, que cada fin de año se establece por ley. Pero el viceministro Toledo, que propone y supervisa la política macroeconómica, no diría algo en contra. Tampoco, un mes atrás, se había opuesto a la reducción del IGV, otra medida que nunca estuvo en sus planes y que vino de fuera del MEF. El asesor jurídico Paredes tampoco diría nada. Había reemplazado hacía poco a Juan Carlos Salinas, otro abogado que, a su solicitud, había pasado a ser asesor para no justificar peligrosos Decretos de Urgencia. Castilla tomó la palabra para plantear la conveniencia de que el aumento no fuera al sueldo, con lo que, por un llamado “efecto espejo”, se trasladaría a los que están en el retiro, generando un costo mucho mayor. El viceministro sugirió un bono extraordinario pero Benavides no respondió. Castilla lucía incómodo, aunque no habló de renunciar. En un momento, se volvió hacia el director de Presupuesto Público:

—¿Y tú, Roger, tienes algo que decir?

Díaz habló, y fue en ese momento que dio el primer paso para salir del ministerio.

En los inicios de enero, Díaz y Castilla habían tenido otra conversación clave. En su despacho, Castilla le dijo al director general de Presupuesto que deseaba hacer un ajuste importante del gasto público. La meta de déficit fiscal establecida para el 2011 en la ley de equilibrio financiero era de -1 por ciento del PBI, y se trataba de llevarla a +0,5 por ciento. Díaz se asustó. El recorte significaba dejar de gastar unos 2.000 millones de soles; como la tercera parte de todo el pliego de Educación. Le preguntó a su jefe por qué.

Castilla expuso dos motivos. Por un lado, quería dejarle un buen legado al próximo gobierno. Si el déficit del 2010 había sido menor que el previsto y cerró finalmente en -0,5 por ciento, ¿cuál habría sido el mérito de ellos como gestión en alcanzar incluso ese mismo nivel? ¿Por qué no esforzarse y dejar las cifras en azul? Díaz convino en que era un buen punto. Pero ¿por qué irse medio punto hacia arriba? ¿No bastaba llegar al déficit cero? Entonces Castilla sacó su segundo argumento.

La verdadera preocupación del viceministro eran los factores externos. Cuando, en el 2009, el ex ministro Luis Carranza lo integró a su equipo como jefe del gabinete de asesores, Castilla apoyó el plan de estímulo a la economía que el MEF trazó para contrarrestar los efectos de la crisis internacional. El 75% del método consistió en el aumento de la inversión pública. Estaba claro que apenas la actividad privada y el PBI —que ese año subió 3 puntos— se reactivaran, la inyección de recursos tendría que parar. Pero la naturaleza misma del plan haría que luego fuese difícil retirarlo. No obstante, Castilla comenzó a hacerlo en el 2010, ya en el cargo de viceministro de Hacienda al que lo nombró la nueva ministra Mercedes Aráoz. Ambos compartían la idea de comenzar a ahorrar ante una posible recaída de la economía mundial, y por eso se trasladó a los consumidores parte del incremento de precio de los combustibles, se retiraron subsidios a mineras y cementeras, se restringió el gasto corriente, se prohibieron créditos suplementarios. Al final del año, el déficit, que se preveía de -2 por ciento, terminó negativo en medio punto.

Ahora, en el 2011, Roger Díaz tenía sus razones para no ajustar tanto. Nombrado director de Presupuesto por Aráoz, durante el año anterior había contribuido al frenazo al mismo tiempo que reorganizaba su dependencia. En adelante, el presupuesto no se haría según las necesidades institucionales sino según los problemas nacionales por resolver, en función de complejas matrices preestablecidas. Los ministerios ya no recibirían autorización para usar su dinero a cuentagotas, cada trimestre, para recibir aprobaciones o vetos según el flujo de caja siempre zigzagueante del MEF, sino por todo el año, con lo que podrían por fin alcanzar calidad en el gasto. A comienzo de año, cada organismo público podría disponer del 80 por ciento de su plata, disponiéndolo en función de sus necesidades. Esto, que llamó “Programación de Compromisos Anual”, PCA, pasó a ser la niña de los ojos del director de Presupuesto. Así, cuando Castilla lo llamó a su despacho para decirle que de nuevo había que hacer un frenazo, así como el año pasado, Díaz le dijo:

—No puedo. Ya repartí casi toda la PCA.

Pero, en el fondo, la objeción de Díaz era la falta de coherencia: si el presupuesto 2011 fue aprobado con un déficit de 1 por ciento, esta meta fiscal no podía cambiar de la noche a la mañana, afectando los servicios básicos y los proyectos de inversión pública. Decía poco de la seriedad con que se hacían las proyecciones macroeconómicas, amén de la pérdida de credibilidad para impulsar la calidad del gasto público. Díaz estaba pensando en su PCA. Ahora, ¿cómo les decía a los ministerios que ya no podían gastar el 80 por ciento de su presupuesto?

De todos modos, Castilla convenció a Díaz de que una reducción del gasto público era necesaria. Como no se puede quitar plata así nomás del presupuesto de los sectores, la medida debía ser aprobada por el Consejo de Ministros a través de un Decreto de Urgencia. Era cosa de hacer un borrador mientras se pensaba dónde recortar. Díaz encontró que podía seguir llevando adelante la PCA mediante una astuta maniobra: les diría a los sectores que gastaran nomás el 80 por ciento de su presupuesto. Ya no les daría el 20 por ciento restante. Preparó, pues, un borrador de Decreto de Urgencia para que el ministro lo llevara al Consejo de Ministros. Pero había algo raro. Benavides no lo llevaba. Castilla no entendía por qué. En esas estaban cuando los sorprendió el anuncio de que se reduciría el IGV de 19 a 18 por ciento.

La reducción en 1 por ciento del impuesto general a las ventas, a comienzos de febrero, cayó como baldazo de agua fría en varias oficinas del MEF. No la propusieron ni el viceministro de Economía, Fernando Toledo, ni el director de Asuntos Económicos, Carlos Prieto, ni la Dirección de Ingresos Públicos, y tampoco estudiaron su impacto fiscal los responsables de Hacienda, Miguel Castilla y Roger Díaz. Percibida como una medida política de Alan García para desinflar la por entonces boyante candidatura de Alejandro Toledo —que había subido el IGV en el 2001—, su costo estimado es de 1.700 millones de soles. Para un ministerio que estaba pensando en ajustar, era todo un contrasentido.

Algunos pensaron en renunciar. En general, los funcionarios del MEF, especialmente los que ya trabajaban allí cuando llegó Benavides, estaban acostumbrados a que la posición del ministerio fuera tomada en cuenta en el Ejecutivo. Varias veces había intentado Alan García que aprobaran proyectos sin adecuada sustentación, y no habían pasado porque Luis Carranza se opuso.

Transportes y Comunicaciones quiso, por ejemplo, que el carísimo proyecto del tren eléctrico fuera bendecido por el Sistema Nacional de Inversión Pública, SNIP, pero no pasó, y tuvieron que construirlo con un Decreto Supremo. El Gobierno Regional del Callao quería que se construyera cuanto antes la autopista Néstor Gambetta, a un costo de 900 millones de soles, y ellos la pararon porque costaba demasiado. Ahora se está construyendo a poco más de 400 millones, luego del redimensionamiento propuesto por el MEF. El Gobierno Regional de Piura quiso que su irracional proyecto de irrigación, que es obviamente redundante con el de Olmos y que se explica principalmente porque los piuranos quieren tener su gran proyecto así como los lambayecanos ya tienen el suyo, tuviera el visto bueno del SNIP, pero no lo consiguieron, y Alan García tuvo que sacarlo con un Decreto de Urgencia y a espaldas del ministro de Economía. En ocasiones como esta, García esperaba a que Carranza viajara para que el encargado de turno, por ejemplo el propicio Juan Antonio Chang, ministro de Educación, firmara el pedido entre gallos y medianoche. Por eso, Carranza lanzó la conocida frase: “En este gobierno uno no puede ir al baño”. Los funcionarios sabían que si tenían objeciones técnicas justificadas, el ministro las defendería ante el Presidente. Carranza les preguntaba, por supuesto, porque las presiones eran muy grandes, y ellos se las sustentaban, y al final el ministro le decía:

—Estoy de acuerdo. Así no puede pasar. Si no, nos vamos.

Mercedes Aráoz actuaba igual, pero la diferencia era que desaconsejaba el no a secas. Les dijo: “Si vamos a decir no, llevemos una solución”.

Aunque la reducción del IGV fue para él un mazazo, Miguel Castilla le encontró por lo menos un lado positivo: el gobierno tendría menos resistencia para aprobar un ajustón, la medida que le propuso a Roger Díaz a inicios de febrero. El ajustón se lo aprobarían, en efecto, pero el viceministro no previó que le abrirían otro hueco en el bolsillo. Esta vez para aumentar a las fuerzas de seguridad.

En agosto del 2010, cuando el MEF presentó al Consejo de Ministros el proyecto de presupuesto para el año siguiente, Alan García planteó aumentar a los militares y policías. Estaban muy mal pagados, como muchos sectores laborales, y por eso en mayo de ese año el gobierno les había dado un bono de 1.000 soles. Pero su sistema remunerativo es anacrónico y absurdo, con una cédula viva que hacer crecer en 47% el universo de los beneficios por cualquier mejora. Los sueldos, bajos y dispersos, sin adecuadas proporciones jerárquicas, tienen más de 40 conceptos no pensionables, y subirlos era añadir más distorsiones. La ministra Mercedes Aráoz, en un clima de tensión, logró detener los aumentos. Se acordó que antes fuera reestructurado el sistema de remuneraciones, a partir de una propuesta que considerara eliminar la cédula viva. En el Congreso, después de mucho discutir, la reforma de las pensiones fue aprobada sin condicionamientos. Como había que hacer un estudio en regla para discutirla en el 2011, los beneficios recién se harían efectivos después del cambio de mando. El MEF se quedó tranquilo: hizo una provisión para el segundo semestre del año y le dio dinero a Defensa para hacer el estudio actuarial de las remuneraciones. Pero ¿Alan García iba a dejar al próximo gobierno un aumento que podía hacer él?

Claro que no, pero el cambio de planes recién se anunció en mayo. Primero fue aprobado el Decreto de Urgencia para reducir el déficit fiscal, que devino en una medida obligada después del recorte del IGV. El proyecto se paseó un mes de una dirección a otra hasta que, finalmente, el Consejo de Ministros lo aprobó, el 31 de marzo de 2011. Era muy drástico: en el primer trimestre, que siempre es austero, solo se gastaría 34.000 millones de soles. En inversión pública, no más del 25 por ciento de lo aprobado por la PCA en el primer semestre. No más del 40 por ciento de bienes y servicios de lo presupuestado de la PCA para ese período. Nada de créditos suplementarios ni de nuevos proyectos. Alan García añadió: nada de consultorías.

Durante todo el mes de abril, el director de Presupuesto se la pasó exprimiendo a los mismos funcionarios a quienes quince días antes les dijo que podían gastar sin temor a los ajustones. El 11 de marzo, había publicado unos lineamientos para el presupuesto del 2012, y desde entonces se reunió con la mayoría de los sectores para explicarles las bondades de la reforma. Por lo menos ocho ministros con sus equipos lo habían recibido, así como varios encargados de poderes públicos y gobiernos regionales. De estos lugares lo requerían ahora con llamadas de indignación o de urgencia, según la necesidad. Mientras negociaba reprogramaciones de pagos con los afectados, que hacían cola en su oficina, Díaz empezaba a convertirse en enemigo público: le hacían marchas callejeras en el jirón Junín, le llegaba el apercibimiento de un juicio. Pedía comprensión mencionando riesgos espantaeconomistas: desequilibrio fiscal, presión inflacionaria, encarecimiento de los combustibles, crisis internacional. Hacía, en fin, todo lo que provocó que la inversión pública cayera 18 por ciento en comparación con el año anterior. En ese estado, Castilla le dijo que Alan García quería dar inmediatamente un aumento a los militares.

—No es el momento —dijo Díaz—. Los sectores están muy afectados.

Castilla repuso que no podrían detener la medida. Le pidió preparar el borrador de un Decreto de Urgencia. El viceministro no mencionó una cantidad ni parámetros, como si estos todavía no hubieran sido decididos por García. Era viernes 22 de abril. El sábado, Díaz le escribió un mail a Castilla explicándole el contrasentido de la medida, y proponiendo una de dos posibilidades: una asignación especial mensual de 500 soles en promedio por militar, con un costo total de 75 millones de soles, o, en el peor de los casos, una que sumara 128 millones pagable en dos partes hasta el final del año. Un aumento de sueldo o un bono por encima de esas cifras no lo apoyaría, concluyó, aunque tuviera que dejar el MEF.

Castilla respondió el mensaje dándole la razón. Él tampoco firmaría un aumento a los militares activos sin una reforma de las remuneraciones. Le pidió trabajar la alternativa de los 128 millones pero prorrateados, mes a mes, como quería el Presidente. Eso es lo que hizo Díaz durante la Semana Santa. Creía que gastarían solo 128 millones cuando escuchó a García por la radio, la mañana del lunes 25 de abril.

Pero el Presidente habló de un aumento de sueldo de 20 por ciento de las remuneraciones. Dijo que era la cuarta parte de un aumento que debería completarse en el futuro y que esperaba que el próximo gobierno cumpliera. Al timón de su camioneta, Díaz calculó el costo de la medida: 870 millones de soles: 400 millones del aumento, 250 millones la provisión para la Caja de Pensiones Militar Policial y 220 millones del efecto espejo. Era demasiado.

Dos horas después, cuando estuvieron todos en la oficina del ministro Benavides y el viceministro Castilla le preguntó su opinión, el director de Presupuesto comprendió que tenía que renunciar. Los argumentos con que se opuso a la medida eran consabidos para Castilla pero no para el resto. Uno era obvio. Al aumentar a los militares, desmentían el principal fundamento del agresivo recorte presupuestal de finales de marzo: ahorrar, para hacer frente a posibles situaciones de crisis financiera y de presión inflacionaria. La razón menos obvia, sin embargo, era la de mayor peso para Díaz. Se trataba de un problema de coherencia:

—¿Qué les digo a entidades a las que no podemos dar plata para que paguen sus servicios básicos?

Roger Díaz hizo una descripción de lo que ocurría. El sector Salud quería 80 millones más: la semana anterior, los hospitales no habían podido pagar sus servicios básicos. Educación pedía 200 millones para materiales educativos, pago de especialistas y alfabetizadores, entre otras necesidades. La fiscalización ambiental a las mineras estaba detenida, lo mismo que muchos proyectos en los gobiernos regionales y locales. Habían quedado en el aire contratos de personal y de obras para demandas de corto plazo.

Hubo un diálogo áspero. El ministro recordó que siempre había dicho que el presupuesto exhibía grasa, eso era responsabilidad de Presupuesto. Díaz objetó: la grasa la ponían medidas políticas. El Congreso, por ejemplo, había aprobado la homologación de los centros universitarios, que añadía 420 millones de soles anuales. El nombramiento del personal médico asistencial, que aumentará un 15 por ciento por año, requería 300 millones adicionales. El costo de la carrera pública magisterial estaba inflado, y, a razón de 180 millones más por año, ya iba costando 500 millones. La homologación de los jueces aprobada por el Congreso era una bomba de tiempo: era imposible pagarla porque inmediatamente había que aumentar a los docentes universitarios, y no había dinero. Otro caso era este aumento a los militares. ¿Qué responsabilidad tenía Presupuesto en eso?

—Hay dos posibilidades —dijo Benavides—: o le buscas una justificación técnica o renuncias.

—Justificación técnica no le encuentro. El estudio actuarial para diseñar la reforma del sistema remunerativo de los militares, con el aumento que resuelve su problema, recién se está haciendo. Por lo tanto, no hay argumento técnico. ¿Cómo han decidido el 20 por ciento? No lo sé. ¿Y qué efectos tiene eso sobre la cédula viva y los ejercicios subsiguientes? Nadie lo sabe.

Le reunión se levantó. El miércoles, sin documento sustentatorio y genéricamente, el Consejo de Ministros aprobó el aumento. La mañana del jueves, Díaz pidió cita con Benavides y le presentó su renuncia. En la carta, mencionaba los dos argumentos que expuso en la reunión. No expuso un tercero, que es imprescindible mencionar. El decreto de urgencia tenía visos de inconstitucionalidad. Un Congreso riguroso lo hubiera objetado.

Hasta noviembre del 2008, de acuerdo con una contabilización realizada por Gerardo Munck para la revista de Ciencia Política de la Universidad Católica de Chile —y reproducida aquí por el blog Otra Mirada—, el gobierno de Alan García había aprobado, saltándose al Congreso, 244 decretos por delegación. La misma cantidad que su predecesor Alejandro Toledo en sus cinco años de mandato. García es el presidente más decretista, con la complicidad de ministros y parlamentarios. Según la Constitución, un decreto de urgencia solo debe normar situaciones extraordinarias. El Congreso, por su parte, de acuerdo con su reglamento, debe verificar que impidan un “riesgo inminente”, cuya extensión “constituye un peligro para la economía nacional o las finanzas públicas”. Por su parte, el Tribunal Constitucional exige que ataque hechos imprevisibles y que conciernan al interés de toda la comunidad. A contrapelo de todo esto, la situación no era extraordinaria, ni imprevisible, ni urgente: la discusión de la reforma de sueldos militar-policial está fijada para el próximo mes de junio en el Congreso.

Algunos días después, el ex director de Presupuesto se enteró en el diario oficial El Peruano que el Estado no le había dicho adiós como se debía, aceptándole la carta de renuncia y dándole las gracias por los servicios prestados. Prescindían de él en una resolución que no lo menciona por su nombre y que daba cuenta de una serie de nombramientos, ceses y otras contingencias. En una parte de esta serie, detrás de la frase “déjese sin efecto”, aparece el número y fecha de una resolución: la que lo nombró en el cargo, firmada en enero del 2010 por la ministra Mercedes Aráoz.

Lo habían dejado sin efecto. También en El Peruano, leyó el Decreto de Urgencia del aumento a los militares y policías. Finalmente, no había sido un incremento de sueldo, sino una bonificación extraordinaria, con cargo a ser asimilada a la reforma del sistema remunerativo que se vendrá. En la práctica, era un aumento, porque el próximo gobierno no podría dar marcha atrás. El sucesor interino de Díaz en el MEF, Rodolfo Acuña, sigue haciendo malabares ante los sectores con presupuesto recortado. El Decreto de Urgencia 012, que dispuso el ajustón de marzo, hizo agua desde su nacimiento, con excepciones y condicionamientos, porque muchas actividades no podían parar. El 24 de mayo, la Comisión de Presupuesto aprobó derogarlo, lo que el pleno podría hacer en cualquier momento. Por otra parte, por las condiciones políticas y una posible desaceleración internacional, nadie sabe si el PBI será mayor de 6 por ciento, como esperaba optimistamente el ministro Benavides cuando anunció la reducción del IGV. En cuanto al déficit fiscal, no se sabrá hasta fin de año cuánto habrá sido el impacto verdadero de los hechos aquí narrados. En el MEF, Castilla tuvo que renunciar a su objetivo de dejar un superávit de 0,5 por ciento. Tal vez sea de 0 por ciento. Todo dependerá de lo que decida el Congreso, y de lo que deje la campaña electoral. Lo que hay son 5.500 millones de dólares en el Fondo de Estabilización Fiscal —un poco más de 3,5 por ciento del PBI— para cualquier emergencia que afronte el próximo gobierno. Esto ha logrado guardar Castilla debajo del colchón. Fue una de las razones por las que no renunció la mañana del 25 de abril.

Bienvenida la generosidad (PUCP)-

ACTUALIZACIÓN 2 (24 mayo): Malú Machuca, Consejo Universitario, nos comenta y dice que, en las actas que corresponden a la sesión del Consejo Universitario del 24 de febrero de 2010:

«El Rector manifestó que la SUNAT ha requerido a la revista Themis por falta de pago del Impuesto General a las Ventas. Agregó, al respecto, que los responsables de dicha publicación han solicitado un préstamo a la Universidad para el cumplimiento del pago respectivo y se han comprometido a regularizar su gestión.»

Esperamos tener mayores alcances, pues de momento nadie más ha dicho esta boca es mía.

ACTUALIZACIÓN 1 (23/mayo 23 horas): amigos que conocen algo más del asunto que yo, me comentan que: Thémis venía pagando su deuda (cronograma de pagos y toda la cosa), que esta no es de 80 mil soles y que los 40 mil, fueron recibidos a título de donación anónima (en cristiano: ellos no sabían de dónde venía).

Esta donación anónima, realizada por la PUCP, puede ser entendida (razones hay) como una decisión eficiente, dentro de todo. Yo no comparto, dicha respuesta, pero repito: argumentos hay y este no es un espacio de juicio y condena, sino de debate y discusión.

Personalmente, creo que el dinero se pudo prestar, y que más se haría por Thémis y por las otras revistas, talleres y espacios similares, si la PUCP brindase asesoría/servicios sobre las cuentas y finanzas,  puesto que debido a la alta rotación, a que no es el área de su especialidad, a que finalmente son estudiantes,  y etc., estos temas siempre serán difíciles.

OJO AL PIOJO: esta no es una discusión sobre Thémis (escucha gato!), sino sobre la PUCP y la forma en que decide algunas cosas.


ANOTACIÓNYa antes nos hemos mostrado disidentes con las cosas que ocurren en la PUCP y concretamente en la Facultad (aquí lo expuesto en NZ). Esperamos que lo que sigue sea un tremendo mal entendido… o que alguien: Thémis, Consejeros Universitarios, autoridades PUCP, digan algo… sino, luego no se quejen de que el buen Canciller tenga piso para su alfombra.



La cosa es más o menos así: Thémis, antes revista de estudiantes, hoy asociación civil tiene una deuda tributaria por S/. 80, 000.00, la PUCP amanece generosa y vía su Consejo Universitario decide con gran entusiasmo obsequiar donar de modo anónimo a Thémis  S/. 40, 000.00.

Entonces, Andrés Dulanto, presidente del Centro Federado de Derecho, anuncia vía facebook:

«Quisiera saber la posición de Federación De Estudiantes Pucp, Cefede Pucp, de los alumnos de Derehco y la asociacion involucrada, sobre los 40,000 que le ha donado la PUCP a Themis, con la plata de todos los estudiantes, para pagar sus deudas tributarias?
Por si acaso, la noticia ha sido confirmada por el decano de Derecho en una de sus clases, asi como en el Consejo Universitario.»
(luego, Andrés linkea la nota de Correo, aquí)


La noticia es tácitamente reconocida por la Consejera Universitaria, Malú Machuca, militante del grupo de izquierda Acción Crítica, quien se siente convocada por el comentario de Andrés y responde con gran desacierto:

«Esto se vio hace muchas sesiones de Consejo Universitario, y fue una decisión que se tomó allí, puesto queThemis tenía una multa de 80 000 soles. Ya que sólo podía asumir la mitad de ese monto, Rectorado asumió la otra mitad con el presupuesto designado a este tipo de emergencias. Ese dinero no es necesariamente ‘dinero de todos los estudiantes’ ya que no todo lo que pagamos cubre todo lo que cuesta la universidad y esta tiene otros ingresos. Para cuestiones presupuestales más precisas consúltale a Jorge Tudela.

Ahora, me parece que el Consejo Universitario haría lo mismo de ser cualquier otra revista la que hubiese tenido este problema.»



Al final el comentario que me anime a poner el muro donde se viene discutiendo esto:

Creo que el tema pasa por saber qué se hace con lo que se recauda por concepto de pensiones ( claro, por saber cuánto de esto cubre el gasto real de la PUCP) y por entender los criterios que tiene la PUCP para efectuar salvatajes. Ojo que creo que el principio debe ser presumir que se trata de nuestro dinero (pensiones) hasta que la PUCP demuestre lo contrario (los estudiantes de pre y posgrado, no tenemos como mostrar lo opuesto).

De otro lado, si bien puede ser cierta la existencia del «presupuesto designado para este tipo de emergencias» (Malú Machuca dixit), nadie sabe ante qué casos opera, a cuánto asciende y de dónde procede.

 Finalmente, no me queda claro que el asunto sea de competencia del Consejo Universitario, pues Themis es una revista de estudiantes y su giro no dista mucho de cualquier otra agrupación de estudiantes, entonces y como no tenemos claros los criterios, la PUCP podría meter dinero, nuestro dinero, en agrupaciones ineficientes o etc. y etc.

Ojo con esto: entiendo que se les ha obsequiado, con gran generosidad, la plata de todos, un préstamo, hubiese bastado.

 Creo que hay explicaciones que brindar, 40 mil soles no son moco de pavo.



ps.- Esto no tiene que ver con nada, pero hay que decirlo: alguna vez, fruto de algunas conversaciones de gente valiosa de aquel entonces, postulé sin fortuna a Thémis. Considero que Thémis realiza una bonita labor, que dista aun de aportar a la gesta de una verdadera cultura jurídica y sirve más para replicar la exégesis y la glosa y reproducir el derecho imperante, de corte formalista y tinte positivo (con dignas y pocas excepciones). Thémis, así como las otras revistas de la Facultad, son -todavía- más un centro de relaciones públicas que think tanks del pensamiento crítico: no se esta pensando el derecho allí…  hace mucho que dejaron de ser revista de estudiantes y pasaron a ser revistas «producidas» por estudiantes, en las que los estudiantes escriben poco, mal y nunca… Esto viene cambiando, hay que saludarlo, pero sin olvidar que bueno ha sido el tiempo de anomia…

el hombre que contaba.

 

ricky solano, personero Vanguardia, con él.
ricky solano, personero Vanguardia, con él.

 

Entonces, vas y lo saludas. Le dices Presidente y le obsequias palabras, flores.

Al día siguiente estarás organizando las fiestas, los eventos y participas de ese efímero poder. Nadie nota que vienes llegando tarde a la fiesta y que los años, en contra tu actitud, dicen a claras que 18 años no tienes, ni 22, ni 25, ni 27. Al tiempo, serás Jefe del grupo que el primero es incapaz de articular y también su Personero General, financista rumorean las envidias, de una campaña hecha con couché, impresiones full color, polos, globos, helio, stickers y etc. (incluyendo el uso de recursos de la FEPUC para cubrir los stickers anteriores: corrupción le dicen algunos).

Esto es natural pues la oposición ha sido intensa, fuerte, quizá desmedida y quien lidera (ba) no tenía equipo, organización, etc. Quizá el Presidente no tiene lo que se requiere para resistir y avanzar. Quizá por ello, se abraza fuerte al único que participa de blog y demás, respondiendo, “desagraviando”, “aclarando”, traduciendo, y todo lo demás también.

 

Otro. Empieza criticando una FEPUC que tu también criticabas. Luego, postula con un desconocido para ser FEPUC y hacer un cambio. Antes de eso, afirmaba que la FEPUC no es chacra de nadie. Montado en el caballo (o pollo) de hule, censura lo que no le agrada, te censura a ti mismo, censura incluso a otros estudiantes y representantes, y finalmente se atribuye cosas que no hizo y que no podía hacer, se infla de logros que le corresponden a otros y se postula para Presidente.

Ocupa su tiempo en observar, lo ha heredado de su Presidente, a los demás. Lo último que hizo fue seguir a otro estudiante y acusarlo de fascista.

A su ver, llevar una cámara y alguien que analice el contenido nutricional de un plato del básico, equivale casi casi a preparar un Proyecto por medio del cual, un representante estudiantil tendrá asiento en un espacio de toma de decisión adscrito al co-gobierno. Patrañas, le han dicho los propios estudiantes que lograron aquello. Él, necio, afirma que es un logro suyo, de todos, y etc.

Postulan una lista local, en los Estudios Generales Letras. Pierden: pierde la lista local, frente a una independiente, y pierden la votación FEPUC allí. Ganan las elecciones. (algo parecido pasa con las listas vinculadas en otras facultades).

 

El Presidente, aun en funciones (sic), decide hacer algo sin precedentes y que NADIE SE LO PROHIBE (ni la moral, ni la ética): asume como una de sus competencias el ponerse a contar votos: “voto para coherencia, voto para el castor, voto para el cui mágico, ¡voto para mí!”. El Presidente con vocación de contador, enrojece cuando escucha afuera de Administración (la facultad donde está contando votos ferviente entusiasmo, junto a sus amigos fiscales), que la gente le pide a gritos que salga, que tenga dignidad, que NO LO ELIGIERON PARA CONTAR VOTOS, SINO PARA SER UN REPRESENTANTE DE TODOS LOS ESTUDIANTES.

Lo insultan, lo insulto.

Le digo, voz en cuello, que cuando quiera.

Horas más tarde, celebrará la reelección. Contará que ha miccionado en la rotonda de Estudios Generales Letras, dirá -desde el aislamiento que le procuran sus amigos que lo llaman como un ex Rector PUCP pero más «tierno»-  como siempre dice, que fulano y sutano son quienes mejor le caen de ese grupo incomprensible.

Se irá a su casa, y soñará con la labor cumplida y con que todos estaban equivocados. Con que puede ir con la frente en alto, sabiendo que traer a los Yaipén con playback y los Conquistadores de la Salsa, estructuran el éxito de una gestión, que un blog con menos de 30 mil visitas en total es claridad comunicativa, que los “estándares” de moderación de comentarios han causado cero comentario por entrada y que poner lo que hay de menú en las cafetas, es verdadera renovación política.

Se irá a casa y dejará en silencio: dónde estuvo durante 3 meses la secretaria responsable de aprobar los gastos, sin pedirle disculpas a la trabajadora a la que llamo bruja, sin explicar porqué su lista vulnera el silencio electoral, ni cuáles fueron las razones para usar los recursos de la FEPUC para cubrir la campaña de reelección. Se irá feliz de haber tomado fotos de un evento de presentación de libro, que no fue un éxito, pero lo ayudo a sentirse bien (¿?), pues fue realizado por un grupo crítico y que intenta hacer cosas, verdaderamente.

Lamentable es que el actual Presidente FEPUC, haya asistido a tomar fotos, cargarlas, burlarse y hacer pública su forma de manejar las cosas y ejercer la representación. Sepa señor Presidente que si es así como trata a quienes representa, preferimos que no nos represente más y que su lista no repita el plato, pues significaría más de esto que usted predica: un resentimiento esteril y una envidia insana… o esperaba usted que tuviéramos un auditorio lleno, como si de traer a Agua Bella se tratará. Se equivoca, señor Sifuentes, una vez más, se equivoca, y ahora, todos somos testigos de su poquedad y chateza moral.


Creo que al irse debe saber que jamás hemos pensado que sea una mala persona, un mal hijo, un peor hermano, o cosa parecida. Creo sí y pude decírselo, que habían otras formas de hacer las cosas, mejores y menos costosas, que quienes ya hemos pasado por allí (a brazo partido y mesa ídem)  podíamos sumar, no bajo sus condiciones stalinistas, pero sumar. Creo que ha sido una vergüenza, un asco, rebajarse a contar votos, a ser personero, mientras es Presidente de todos.

Lo peor, sin embargo no ha sido ello, sino la limitación de convocar a quienes no piensan como él, el encierro al que se auto condeno desde el inicio de su gestión… y ese maldito silencio que solo ha demostrado… lo obvio: que nunca tuvo nada verdaderamente importante que decir.

Se irá a casa y se dará cuenta que en realidad, nunca estuvo, que el olvido será su divisa.

(en el vídeo: un secretario saltarín (?), un presidente repitiendo lo mismo y agrediendo para no responder, un fiscal?, y ninguna respuesta. Digo yo, no es un poco una verguenza? No es un poquito escandaloso? Casi parece un cualquiera. Digo, qué se yo).


Ps.- al final del día, él, nosotros (no todos, pues hay quienes se resisten a irse, a egresar, a mirar la edad que tienen –personalmente, tengo la misma edad que él, just for the reccord-), nos vamos. Vanguardia, y el cambio de los vencedores de Letras y Derecho, quedan… PAZ PARA EL CALLAO.

Perreo es libertad /la danza asnica

perreamos

Correo informa que en Huanuco un escolar de 14 años fue suspendido / expulsado (?) por bailar perreo en el patio de su colegio, durante una gymkhana (aquí el afiche).

El sábado incursionamos en el acuoso mundo del perreo. En Los Olivos, he visto aquella danza del mal, y confieso haber gozado bajo la cadencia lacerante y repetitiva de esa mezcla de rap, con reggeaton y palabras en ingles. Confieso también que había un tremendo olor que no era precisamente agua de colonia, y que hubo una fémina que cautivo nuestra atención con su ritmo, sabor y cuerpo (y peso, sobre todo peso!): el galán la sostenía del vientre, el cual se desparramaba, escapando de las manos de este, quien afiebrado seguía… galopando?, frotando?, y… vaya uno a saber.

Al arribo como a la salida (entre la 1:50 de la madrugada y las 4 ó 5 de la mañana), encontramos todos los lugares infestados de conciudadanos sonrientes. Un pensamiento azotó la cabeza:…, no ese no lo podemos poner. Otro pensamiento viene en relevo: perreo es Libertad!

-No tengo cómo ver el video puesto, sino hasta ahora a la noche-

Como diría el filósofo del Derecho, Mondonguito: “apegas a la hembra, la das la vuelta y enganchas”; luego de eso, el asunto esta resuelto hasta el cambio de disco.

Existe maldad en el perreo?, se genera un daño intenso a alguien?… o es una forma más, como cualquier otra, de expresarse; como quien pinta, canta, declama, recita, u ora… En algún momento el Decameron estuvo en el Index… ahora, abarrota cualquier librería sin pena y sin mucha gloria.

Sancionando o expulsando (no queda clara la sanción) al pequeño peruano menor edad, ¿evitan que siga perrando a sus anchas?, ¿disuaden a otros de hacerlo?, ¿¡combatirán la fiebre mundial de perreo!?

Mientras tipeo estas cuartillas, el gran Méndez pone una cadena mail: cuidado que te vean bailar ricky ricón; sin pensarlo dos veces Sir Carlos responde con la nota a continuación.

SUSPENDEN A UNIVERSITARIO POR DANZA ASNICA.

En Lima, la audacia de un «adolescente mayor» de iniciales M.S. de edad no identificable, le costó una sanción administrativa de la PUCP. Se le encontró bailando en la rotonda completamente desnudo con una rama de alfalfa en la mano mientras gritaba «La Vanguardia es así!!». La Asamblea Nacional de Rectores ha recibido su reclamo en apelación pues el muy asnin reclama error culturamente condicionado. Informa un profesor testigo de los hechos que su pareja en el baile era otro alumno que coreaba canciones de Mijares con micrófono en mano.

17/09/09 – Radio Méndez «De la nación eh!»